A una persona especial...
A ti, amigo. Que nos dejaste. Que te fuiste sin decir adiós. Que nos miraste por última instancia, asentiste débilmente y nos hiciste comprender que no habría un nuevo encuentro. A ti, amigo... que soltaste las riendas de tu vida en una desesperada acción, que decidiste no formar parte de nuestro destino, de participar en él y de ser alguien en nuestras vidas. Que te desapareciste, por una vergonzosa acción. A ti, te dedico esta carta, porque sé que es la única manera de encontrarte. De saber que estás ahí, que serás alguien importante y que, en un futuro, conversaremos. Que me relatarás tu vida y yo a ti la mía. Que nos diremos cómo nos va. Que seremos amigos de nuevo. Que las penurias de una vida pasada no impedirán nuestro reencuentro. Que serás tú mismo...