domingo, 5 de mayo de 2013

Yo quisiera...


Por algo, o alguien, que yo quisiera...


Yo quisiera poder permanecer a tu lado, mientras tú te aferras al mío. Sonreír y sentir que somos uno mismo. Que pertenecemos a algo más profundo que la superficialidad de los amores modernos. Que somos idóneos para el otro y que lo seremos aún siendo este un desafío imposible. Que las dudas serán resueltas y los conflictos afrontados. Que los obstáculos no supondrán una meta fracasada, desechada por el áspero y egoísta sentir de las personas ignorantes. Que avanzaremos a marcha forzada, sí, pero constante. Que tú y yo nos uniremos para formar algo inexplicable, inimaginable e increíble.


Yo quisiera estar ahí en tus mejores y peores momentos. Ser el brazo que te sostenga en tus caídas y que seas mi impulso en las mías. Porque el recorrido de la vida nunca es sencillo. Los altibajos perduran para cada uno; los obstáculos se plantan frente a ti desafiantes mientras esperan la llegada de algo que los logre arrasar por completo. Yo quisiera que tú seas el combustible de mi día a día. Que tu energía irradie nuestra vida y conforme un lazo inseparable e inquebrantable. Porque eso seremos si ambos queremos. Podemos ser lo que seamos, imaginarlo y simplemente fijarlo. 

Yo quisiera, también, esa razón por la cual estás hoy por hoy. Que tu mirada se cruce con la mía en un suspiro embelesado por el ardor de nuestros corazones. Que nuestros suspiros sean frecuentes mientras el tiempo de nuestro alrededor se colapsa en un detenimiento ensordecido por nuestro amor. Que nuestro cariño hable por sí solo y que no nos detengamos. Que para nosotros no exista un pasado. Que sólo haya un futuro por delante, el cual estaremos dispuestos a recorrer siempre y cuando estemos juntos. 

Yo quisiera que siempre estés siempre para mí. Por más que el enunciado representa un sentido de egoísmo, dependerás de mí tanto como yo lo haré de ti. Porque yo quisiera que nuestros corazones se unan en algo más profundo que una simple relación. Que nuestros sentimientos cabalguen con un fulgor imponente. Que sean nuestros jueces y verdugos, que dicten y actúen la sentencia de un ardiente amor. Que no represente "algo que nunca ocurrió". Que nuestras acciones hablen por sí solas, lejos de ser las palabras ajenas las que lo hagan. 

Pero... en fin. Hay tantas cosas que yo quisiera hacer. 


0 comentarios:

Publicar un comentario