miércoles, 21 de agosto de 2013

Una luz.

Hay un momento en la vida, en el que tu mundo se hace negro. Se compacta cada vez más, te oprime el pecho con más vigor, con más fiereza, como si con odio te tratase el destino. La oscuridad te consume con una furia inminente, irrefutable e implacable. No hay forma habida ni por haber en la que puedas evitarlo. O es al menos lo que tú crees. Pero, lo más curioso de esta poderosa fuerza oscura de atracción, es que en el punto crítico del caos, en ese momento en el que crees que ya no habrá más profundidad en la oscuridad, en ese instante que crees haber vivido y estado en lo peor, en ese momento... aparece la luz.