miércoles, 21 de agosto de 2013

Una luz.

Hay un momento en la vida, en el que tu mundo se hace negro. Se compacta cada vez más, te oprime el pecho con más vigor, con más fiereza, como si con odio te tratase el destino. La oscuridad te consume con una furia inminente, irrefutable e implacable. No hay forma habida ni por haber en la que puedas evitarlo. O es al menos lo que tú crees. Pero, lo más curioso de esta poderosa fuerza oscura de atracción, es que en el punto crítico del caos, en ese momento en el que crees que ya no habrá más profundidad en la oscuridad, en ese instante que crees haber vivido y estado en lo peor, en ese momento... aparece la luz.

viernes, 28 de junio de 2013

Incertidumbre

No es el miedo, la ira o el enojo el peor enemigo. Lo es la incertidumbre. 


Cuando uno tiene una imaginación fugaz y variada, tiende a caer en la incertidumbre. Mezclada con emociones negativas, es lo más poderoso que uno pudiera imaginar cuando de creer en algo se trata. La incertidumbre corroe los pensamientos y ofusca las ideas. Nos hace creer una cosa que no sabemos a ciencia cierta pero que, a consideración, resulta ser la mejor opción. Y es en este momento en el que empiezo a comprender el verdadero valor de la incertidumbre y la excelsa potencia destructora que contiene dentro. Porque no sabes lo que puede suceder en el futuro. Es la incertidumbre la que te puede hundir o la que te puede realzar. De cualquier forma, aún sólo queda una erradicación que muy pocos afortunados cuentan con el valor para regodearse de haberla poseído: la esperanza.

domingo, 5 de mayo de 2013

Yo quisiera...


Por algo, o alguien, que yo quisiera...


Yo quisiera poder permanecer a tu lado, mientras tú te aferras al mío. Sonreír y sentir que somos uno mismo. Que pertenecemos a algo más profundo que la superficialidad de los amores modernos. Que somos idóneos para el otro y que lo seremos aún siendo este un desafío imposible. Que las dudas serán resueltas y los conflictos afrontados. Que los obstáculos no supondrán una meta fracasada, desechada por el áspero y egoísta sentir de las personas ignorantes. Que avanzaremos a marcha forzada, sí, pero constante. Que tú y yo nos uniremos para formar algo inexplicable, inimaginable e increíble.

viernes, 1 de febrero de 2013

A ti amigo...


A una persona especial...


A ti, amigo. Que nos dejaste. Que te fuiste sin decir adiós. Que nos miraste por última instancia, asentiste débilmente y nos hiciste comprender que no habría un nuevo encuentro. A ti, amigo... que soltaste las riendas de tu vida en una desesperada acción, que decidiste no formar parte de nuestro destino, de participar en él y de ser alguien en nuestras vidas. Que te desapareciste, por una vergonzosa acción. A ti, te dedico esta carta, porque sé que es la única manera de encontrarte. De saber que estás ahí, que serás alguien importante y que, en un futuro, conversaremos. Que me relatarás tu vida y yo a ti la mía. Que nos diremos cómo nos va. Que seremos amigos de nuevo. Que las penurias de una vida pasada no impedirán nuestro reencuentro. Que serás tú mismo...

Aquella tarde de verano...


Aquella tarde de verano, en la que el tiempo no nos definió...


En aquella tarde de verano, nadie nos podía decir qué hacer. Ni qué decir. Porque éramos libres. Libres de decir lo que pensábamos, de hacer lo que queríamos. De ser nosotros mismos. Tú y yo, recostados en el césped; con el sol como único testigo. Con nuestras miradas dirigidas al espacio, con la brisa en nuestros rostros acariciándonos. Con risas, halagos y cumplidos. Historias, relatos y fantasías. Esperanzas cumplidas. Otras no tanto. Tú y yo, mientras nos seducíamos con un mar de palabras, con promesas vagas que terminaban en planes moldeados. Con aspiraciones. Aquella tarde de verano, en la que tú y yo sólo éramos víctimas de un amor sin precedentes, incondicional...

Tómate un café y léeme

Por el amor a la lectura 

Espacio dedicado a todos los amantes de la lectura...



Esto no es más que un compendio de historias, creadas por un servidor, que, por el mismo entretenimiento, fueron redactadas. Se acepta todo tipo de comentarios y se busca, por supuesto, consejos, sugerencias y aclaraciones. Puedes enviarme un correo a juanpablo.peniche@gmail.com. Con mucho gusto te leeré, así como me agradecería que tú hicieras conmigo.